Reforma a la salud: una cirugía de precisión

13 Feb 2023
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Comencemos con una certeza: los colombianos necesitamos que nuestro sistema de salud evolucione. Eso significa conservar los derechos adquiridos y acceder a nuevos que nos den más bienestar y dignidad, tanto a pacientes como a los profesionales del sector.

Las implicaciones de modificar el funcionamiento de un sistema de salud, que ha tenido logros importantes, es una cirugía de precisión y no una labor de demolición.

Reconocer que pasamos de atender 1 de cada 3 personas, a una afiliación casi universal, está por encima de ser una discusión de egos políticos del pasado y del presente, es más bien uno de los avances sociales más transcendentales en la historia del país.

La certeza de que nuestra salud debe evolucionar se refleja en la baja calidad, lejanía y falta de oportunidades que tienen los habitantes de los municipios más apartados de las grandes ciudades para acceder a los servicios y a las dificultades de sostenibilidad de la red pública de hospitales de primero y segundo nivel. .

Y sigamos: las brechas de recursos entre el régimen subsidiado y contributivo, insuficientes para ambos, generan inequidades que son inaceptables.

Resulta también complejo defender a algunas EPS que torcieron su quehacer y en vez de servir se dedicaron a servirse. Sin embargo, esa tampoco es la foto completa y las autoridades tendrán que actuar frente a esas irregularidades, porque ha habido otras promotoras fieles a su vocación, juiciosas con los recursos y la atención a los usuarios que están en la capacidad de aportar, junto con los ciudadanos, en las discusiones de la reforma que hará trámite en el Congreso.

Hay que valorar que contamos con un ecosistema de coordinación entre instituciones públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales que ha permitido prestar con eficiencia los servicios: nueve de cada diez camas son ofertadas hoy por los privados, es decir, ese manejo de los recursos ha mitigado el colapso de la red de salud. También valdría la pena considerar el ejemplo de Antioquia que ha hecho una buena tarea en atención primaria, prevención y promoción. Estamos listos para sumar.

Desde el mismo Gobierno ha habido voces, como las del ministro Alejandro Gaviria, que ponen el verbo escuchar en el centro de la discusión y que alertan sobre las consecuencias que una reforma, que le dé la espalda a los logros actuales del sistema, provocarían en la vida de los colombianos: “El sistema actual es producto de treinta años de innovación y trabajo colectivo. Destruirlo sería un suicidio”, aseguró el funcionario.

La reforma a la salud requiere una cirugía de precisión, así que es el bisturí, y no el martillo demoledor lo que nos permitirá una discusión con altura, democrática, participativa, lejos de la grandilocuencia y los afanes, con un diálogo social amplio y pausado, con la coordinación público-privada y ciudadana, lo que nos llevará a evolucionar hacia un sistema de salud sostenible, con enfoque diferencial y territorial – comunidades indígenas y campesinas-, con salarios justos a los trabajadores de la salud y una atención digna y de calidad.

*Presidenta Ejecutiva Proantioquia

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